En su firme objetivo por resultar una marca de moda plenamente ética, sostenible e inclusiva, la firma estadounidense Tommy Hilfiger acaba de presentar “Make it Possible”. Un ambicioso programa compuesto por un total de 24 nuevos compromisos éticos, dirigidos a acelerar su evolución hacia un nuevo modelo más circular e inclusivo. Meta que la compañía pretende completar de cara al año 2030, de la mano de un programa que a su vez se enmarca dentro de la estrategia “Fashion Forward” diseñada por la matriz de la firma, la multinacional PVH. Un plan en su caso impulsado con similares propósitos, encaminado a lograr reducir a cero el impacto negativo que genera con un modelo comercial del que forman parte, además de la propia Tommy Hilfiger, otras conocidas marcas de moda como Calvin Klein o Arrow.
“Abrí mi primera tienda, People’s Place, en 1969 en mi ciudad natal Elmira para que personas de todos los orígenes se unieran y compartieran emocionantes experiencias relacionadas con la cultura pop», explica el propio Tommy Hilfiger a través de un comunicado difundido por la propia firma de moda. “A medida que nuestra marca ha evolucionado con los años, impulsada por este espíritu inclusivo”, añade el popular diseñador estadounidense, “también lo ha hecho nuestro compromiso con la sostenibilidad social y ambiental”. “Con Make it Possible, iremos más allá con nuestro compromiso. Estamos trabajando para llegar a nuestra visión, con toda la compañía comprometida con ella y, aunque todavía no estemos allí, vamos a llegar”.
“En estos tiempos de crisis sanitaria, humana, medioambiental y económica”, destaca por su parte Martijn Hagman, CEO de Tommy Hilfiger Global y PVH Europa, “compartimos la responsabilidad de encontrar soluciones innovadoras que fomenten la inclusión y construyan un futuro más circular”. “Está en nuestro ADN impulsar el cambio”, añade, “incluso en los tiempos más difíciles, por eso estamos presentando nuestro ambicioso programa de sostenibilidad Make it Possible, que recoge 24 objetivos para 2030”. Gracias a ello, “Tommy Hilfiger tendrá así una década para conseguir un futuro más sostenible, que incluye procesos pioneros de tratamiento de denim de bajo impacto, grandes mejoras en el uso del agua y desarrollo de colecciones más inclusivas”. “Make it Possible es un programa en el que trabajaremos juntos para hacer una contribución significativa y duradera hacia una mejor industria de la moda”.
De la plena circularidad a un mejor uso de los recursos: 24 compromisos en materia de sostenibilidad, inclusión y diversidad
Siguiendo así con la labor que viene realizando durante estos últimos años, Tommy Hilfiger ha presentado un total de 24 nuevos compromisos en materia de sostenibilidad e inclusión. Objetivos sobre los que trabajará de manera continuada a lo largo de los próximos 10 años, y que a su vez engloba dentro de 4 áreas principales de trabajo.
Por un lado nos encontraremos así con “Circle Round”, epígrafe bajo el que ha dispuesto todos aquellos trabajos e iniciativas dirigidas a crear productos e impulsar una nueva industria de la moda plenamente circular. Objetivo sobre el que ya trabaja la firma, y para el que ha establecido una primera parada para el año 2025. Fecha en la que ha dispuesto poder contar, entre otras acciones, con el 100 por cien de celulosa sostenible, el impulsar un sistema de recogida y de reciclaje de prendas, o el que el 50 por ciento de sus piezas de tejido vaquero estén producidas con telas de menor impacto. Todo ello al tiempo que continúa lanzando la mercado nuevas prendas y diseños basados en nuevos materiales sostenibles y reciclados, así como en los principios de esa misma circularidad.
Frente a ello, en lo relativo a sus procesos de fabricación, nos encontraremos con el área “Made for Life”. En la que desde Tommy aglutinan todas las iniciativas encaminadas a producir de una forma más consciente y respetuosa con el medio ambiente. Una finalidad para la que se han comprometido a emplear un packaging sostenible y reciclable en toda su cadena de suministros, a verter aguas depuradas y sin rastros de productos químicos, a emplear electricidad 100 por cien renovable o a contar con unas oficinas, centros de distribución y tiendas generadoras de cero residuos y sin plásticos de un solo uso para el año 2030.
“Creemos que nada debe desperdiciarse”, explican desde el propio portal de transparencia creado por la firma para informar del avance sobre este conjunto de compromisos. “Nuestra industria necesita mejorar, y queremos ser parte de la solución. Así que estamos trabajando en una serie de innovaciones que significarán que nuestros materiales contarán con una fuente de origen reciclado o regeneradora, nuestros productos estarán diseñados para la circularidad y que contaremos con diferentes formas de volver a darles una vida útil a aquellos productos que han dejado de usarse, reciclando los materiales que se emplearon en su fabricación”. Mientras que “también brindaremos a los consumidores nuevas oportunidades para llevar nuestra ropa mediante otros medios que el tener que comprarla nueva”.
Más colecciones inclusivas y “genderless”
En cuanto a los avances sobre las materias de inclusión y diversidad, estos los encontremos como parte de las áreas de trabajo “Everyone Welcome” y “Opportunity for All”. En el caso de la primera, Tommy llevará a cabo todas las actuaciones necesarias para resultar una marca plenamente accesible, confeccionando para ello unas colecciones y generando unas experiencias capaces de atraer y acoger a toda clase de consumidores, independientemente de su edad, género, raza, orientación sexual o tipo de cuerpo, mediante iniciativas como las de continuar apostando por tallas inclusivas o por el lanzamiento de más prendas y más colecciones “genderless”.
Mientras tanto en el caso de “Opportunity for All”, en ella se comprenderán los trabajos cuyos esfuerzos se encaminan a apoyar, valorar y facilitar la inclusión dentro de un ambiente de trabajo sin barreras ni limitaciones, tanto en los propios centros de trabajo de Tommy Hilfiger como a lo largo de toda la cadena de suministros.
Esta serie de iniciativas, sobre las que Tommy Hilfiger vendrá trabajando de manera continuada a lo largo de estos próximos 10 años, vienen a sumarse a los esfuerzos que en idénticas materias de sostenibilidad e inclusión viene realizando la popular firma de moda norteamericana a lo largo de estos últimos años. Entre cuyos logros la propia compañía sitúa el lanzamiento de la colección “Tommy Hilfiger Adaptive”, diseñada para facilitar el proceso de vestirse a adultos y niños con discapacidades; el lanzamiento de “Tommy Hilfiger Fashion Frontier Challenge”, un programa dirigido a apoyar a start-ups que busquen promover una moda más inclusiva; el programa “People’s Place”, orientado a aumentar la visibilidad de las comunidades negra, indígena y de color en la industria de la moda; o el proceso de capacitación en circularidad que ha dado ya a más del 80 por ciento de sus diseñadores. A lo que habría que sumar su incorporación a iniciativas sostenibles internacionales como el “Fashion Pact”, en agosto de 2019, a la fundación Ellen MacArthur Make Fashion Circular y a las Jeans Redise Guidelines, o su colaboración con WWF para abordar la difícil cuestión del agua y de los vertidos dentro de la cadena de suministros.
Crear una marca de la nada siempre es arriesgado y si tenemos en cuenta el contexto social y económico en el que nos encontramos, el riesgo es todavía mayor. Sin embargo, al fotógrafo y creador de contenido Manuel Ordovás esto no le frenó. Aunque es importante matizar que a él, la idea de lanzar su proyecto personal ya hacía tiempo que le rondaba por la cabeza. “Llevaba casi dos años pensando que tenía que hacer algo aunque no tenía muy claro el qué. Quería empezar con una pequeña línea de camisetas”, pero como a todos, las obligaciones y el día a día retrasaban el lanzamiento. “Hasta que un día me dije: ‘de aquí no puede pasar’, y me puse a diseñar. Y lo que iban a ser solo dos camisetas, se convirtió en tres camisetas, cinco camisas y dos pantalones”, nos cuenta el fundador de Maour, la nueva firma de moda masculina que vio la luz hace apenas dos meses.
Tal como explica a FashionUnited, “tenía la idea desde antes de la pandemia y, de hecho, íbamos a lanzar la firma en abril”, pero la COVID-19 le obligó a retrasar los timings. “Todo el mundo me recomendaba esperar y sacarla en septiembre porque no tenía mucho sentido hacerlo en junio, a solo un mes del verano, pero preferí arriesgarme”, añade Ordovás. Y al final, su instinto no le falló porque la respuesta del público ha sido muy positiva. “Me he quedado muy sorprendido. Pensaba que iba a ser más complicado pero, después del confinamiento, la gente tenía ganas de comprar ropa para estrenar en la calle”, señala el director creativo de Maour. Sus prendas atemporales, effortless y para todo tipo de hombre y estilos ha gustando tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. “México, Ecuador, Miami, Suecia, Italia, Francia, Reino Unido… Es increíble cómo una web tan pequeñita, que solo lleva dos meses abierta, puede llegar a todo el mundo”.
Drop by drop, el éxito de la exclusividad y las prendas limitadas
Cómo habitual de las semanas de la moda masculina, Manuel ha podido asistir a algunos de los desfiles más prestigiosos a nivel internacional. En sus numerosos viajes, “como hombre y consumidor, veía propuestas fantásticas en pasarela, pero muy exageradas”. Creaciones o estilismos que “el hombre no era capaz de llevarlo, ni de ponérselo en su día a día”. Por esa razón, su objetivo siempre fue aportar su propia visión de la moda: casual, minimalista, pero sin dejar de lado la calidad. “Son piezas que las pueden llevar muchos tipos de hombre y que se adaptan a su estilo, según el rollo que le quieran dar”, admite.
A la clara estética de Maour, se le une su estrategia o filosofía de marca. Siguiendo la fórmula drop by drop que ya han seguido otras firmas de streetwear y de lujo, “sacamos prendas poco a poco, de manera continuada, en lugar de una colección de golpe”, sostiene su creador. Estos drops no son otra cosa que un sistema de venta que se ha popularizado en los últimos años por su exclusividad y caducidad, pero también porque propone una producción más controlada y responsable. “Nos adaptamos a lo que vamos viendo en cada momento. Son producciones más pequeñas —entre setenta y cien unidades por prenda— y, por tanto, más exclusivas. Compras lo que te gusta, lo que necesitas y ves que en mes y medio ya no está lo que compraste, pero hay novedades”. Una estrategia que para Ordovás es “más real y que te da una mayor capacidad de reacción. Además, es una manera de que la marca sea conocida, pero no que todos vayamos igual vestidos. Sabes que es exclusivo”.
Aunque actualmente cada prenda la confecciona en una ciudad diferente, entre España, Portugal, Italia y Asia, le encantaría en un futuro centralizar toda la producción en nuestro país. Sin embargo, admite que “a día de hoy, al ser una marca tan pequeña, es complicado”. No queríamos pasar la oportunidad de preguntarle sobre la sostenibilidad y nos responde con rotunda sinceridad: “Intento ser lo más sostenible posible, pero no me considero una marca eco 100%. Voy aprendiendo poco a poco en base a la práctica. Por ejemplo, la primera vez y sin yo saberlo, las camisetas llegaron envueltas en plástico. Ahora he pedido que no lo hagan”.
En su primera colección sostenible llamada Off the grid de su campaña Gucci Circular Lines, se ha dedicado a confeccionar productos más responsables con el medio ambiente y la sociedad.
El principal material utilizado por la firma en su colección es el Econyl, que es un nylon regenerado 100% proveniente de desechos de pre y postconsumo, como redes de pesca, plásticos y materiales viejos.
En dicha campaña podemos observar a la reconocida 🎬 actriz Jane Fonda como una de las protagonistas, en la imagen se aprecia el contraste de una rústica y pequeña casa de árbol 🌳 cuyo entorno es una gran y moderna ciudad.
Esta firma está trabajando comprometidamente con temas de medio ambiente y energía renovable, es así como en su plataforma online Gucci Equilibrium podrás encontrar los proyectos en los que se enfocan actualmente.
Madrid – El afamado modista francés Christian Lacroix continúa con sus colaboraciones para Desigual. Junto a la que acaba de presentar una última, y completa, colección cápsula —ya a la venta—, con la que no hace sino reafirmar el excepcional compromiso que lo mantiene unido a la conocida firma española. Con la que, a pesar de encontrarse retirado de la primera línea de la moda y de la alta costura, colabora de manera habitual desde hace ya casi 10 años.
“Uno de los orgullos de la casa Desigual es ser la única marca para la que Monsier Christian Lacroix trabaja regularmente”, apuntada la propia firma española a través de un comunicado. “Desde hace nuevo años el creado francés trae a Barcelona inspiraciones barrocas y juegos de parches que, con su estilo inconfundible, transforma en colección cápsula en clave de Street-fashion”. Elementos que una vez más, continúan dominando las líneas maestras de esta última cápsula diseñada por el modista.
“Desigual me invitó a venir a Barcelona y me enamoré. Me enamoré a primera vista”, apunta por su parte Lacroix en relación a la trayectoria que lo mantiene unido a Desigual desde aquella primera colaboración para la temporada Otoño/Invierno de 2020/2011. “Tenemos mucho en común, el mix & match de patterns, de estampados, de colores…”, prosigue el modista. “No intentamos crear tendencias, no estamos aquí para crear el ‘it bag’, estamos cerca de las calles”.
Estampados florales y un “vestido estrella”
Dominada por atractivos y coloridos estampados florales, tan característicos de la firma como del propio modista, la colección se compone por una amplia selección de prendas entre la que encontraremos desde sugerentes vestidos vaporosos con estampados paisajísticos (119,95 euros), hasta pantalones “palazzo” multicolores (109,95 euros); un mono negro floral (99,95 euros); atrevidos pantalones “culotte” de fantasía (89,95 euros rebajados a 62,97 euros); camisas de algodón y seda con manga 3/4 (99,5 euros) o un mono floral (99,95 euros). Encargándose de completar la colección diferentes modelos de vestidos y de tops, así como una línea de accesorios compuesta por bolsos tipo “totebag” (89,95 euros), un bolso “2 en 1” con estampado paisajístico (79,95 euros) o una bandolera de estampado floral (69,95 euros).
De entre todas las piezas, destaca igualmente el que desde la firma han calificado como el “vestido estrella de la colección”. Una prenda de llamativo estampado floral, con largo hasta los tobillos, fruncido a la cintura y escote bajo a la espalda, cuyo diseño de flores se inspira en las láminas botánicas y que ya ha logrado seducir a mujeres como la editora de Man Repeller, Harling Ross; la diseñadora parisina de joyas Adeline Rapon; o la artista indie-pop Laurel.
“Sin duda, este territorio de colores, estampados y de actitud positiva” generarán, al igual que el resto de diseños de la firma, distintas sensaciones “según la propia visión de cada uno”, añade Lacroix en relación a esta última colección. Quizás para algunos resulten una visión “más depurada, estructurada y gráfica”, y “para mí, más similar al pictograma, a lo kitsch, a lo sobrecargado y saturado”. Una diferenciación de perspectivas que “precisamente”, enfatiza, “justifican la propia denominación de la firma: ‘Desigual’; algo dispar, diferente, casi desequilibrado”. “‘Lo bello es siempre raro’, decía Baudelaire, y es esta diferencia la que logra que Desigual atraiga y llame la atención. Si intentas impresionar a todo el mundo, acabarás por no gustarle a nadie, porque perderás tu alma y tu vitalidad. Es necesario posicionarse, tomar decisiones claves, aferrarse a ellas y atreverse a ponerlas en práctica. Hay que saber conservar el tesoro que constituye el corazón de la marca y que ha forjado su imagen y su éxito”. “Como se suele decir”, apostilla, “hay que darle al público aquello que todavía no sabe que quiere”. “Para mí, eso es lo que significa verdaderamente Desigual”.
Este movimiento trata de mostrar las ‘imperfecciones’, visibilizar la realidad y, sobre todo, favorecer la autoestima y el amor propio
Las redes sociales, la publicidad o el tallaje de la ropa son solo algunos de los estímulos que nos rodean y que nos dictan los estándares de belleza tradicionales. Un exigente y exclusivo canon, basado en las medidas 90-60-90, que provoca la ansiedad, frustración y rechazo de millones de mujeres de todo el mundo por no conseguir alcanzar un ‘cuerpo escultural’. Sin embargo, cada vez son más las personas que no esconden su figura y se han sumado al movimiento Body Positive, una corriente que trata de visibilizar la realidad y, sobre todo, favorecedor la autoestima y el amor propio.
Delgadas, gordas, musculadas, altas, bajas… En el Body Positive todas las personas y cuerpos son bienvenidos, sin importar el color de piel ni la cifra que marque la báscula. Este movimiento nos empuja a amar nuestras imperfecciones, como estrías, celulitis, marcas, pecas o kilos de más, que habitualmente intentamos esconder bajo la ropa. Afortunadamente, son muchos los rostros conocidos y marcas de diferentes sectores que se han sentido identificadas con este concepto y han utilizado su posición para actuar como altavoz.
Moda y belleza para todos
Rihanna es una de las estrellas que han celebrado la diversidad, así como la belleza natural. La diva de Barbados se ha consagrado como un referente en el mundo de la cosmética con Fenty Beauty, una línea de maquillaje con 40 tonos de base para todas las razas y estilos. Además, la cantante de Umbrella también realizó su incursión en la industria de la moda. Se desligó de lo que habitualmente vemos sobre las pasarelas con Fenty x Savage, una completa firma de lencería para que todas las mujeres se sientan seguras de su belleza, tanto por dentro como por fuera.
No obstante, las marcas lideradas por la intérprete de We Found Love no son las únicas que se han hermandado con el Body Positive. ASOS fue una de las primeras en sumarse a la revolución textil con diferentes colecciones creadas para satisfacer las necesidades de todo su público: ASOS Curve, ASOS Tall, ASOS Petite y la colección regular. Algo que también hizo Mango en 2013 con el lanzamiento de Violeta by Mango. Se trata de una línea ideada para mujeres con curvas (y sin complejos) que lleva las tendencias más allá de la 36 y que se suma al imperio de la cadena catalana. Por otro lado, H&M fue una de las marcas fast fashion que antes comenzó su incursión en el Body Positive a través de sus campañas de ropa, en las que mostraba a mujeres de diferentes siluetas y formas. Las tallas de las prendas de la popular cadena sueca van de la 34 hasta la 54.
El sector deportivo tampoco se ha quedado atrás. Nike, uno de los referentes de esta esfera, ha dado un paso al frente con la fabricación de prendas sporty que se adaptan a todas las figuras, asegurando la comodidad y funcionalidad de toda su audiencia. En una nueva apuesta por la naturalidad, la marca estadounidense llegó a incluir a una modelo con vello en las axilas en una de sus últimas campañas. Algo que, como era de esperar, generó un gran revuelo en la Red.
No es nada extraño que en la actualidad veamos una que otra chica husmeando en la sección de hombres no precisamente para comprarle algo a su chico, o viceversa. Muchas de nosotras hemos matado por esa chopper jacket hecha para chicos y muchos de ellos por esa over sized t-shirt que ven en nuestro departamento. Entonces, ¿el patrón de consumo cambiará? ¿Será esta la era donde eliminemos etiquetas de género y tengamos grandes almacenes con ropa para todos, sin importa si somos hombres o mujeres?
¿Qué es el Genderless Fashion?
O la moda sin género. En pocas palabras, hablamos de ropa que ya no está catalogada para femenino o masculino; piezas que ambos sexos pueden usar indiscriminadamente como más se les antoje y acomode a su estilo. Desde 2017, cuando H&M sacó su colección ‘DENIM UNITED‘ -una línea genderless de 19 piezas-, se ha hecho un boom este tipo de compras.
Sin embargo, el movimiento que más que tendencia parece ser un nuevo modelo, viene desde hace bastantes años. Sucede algo parecido con las temporadas pasadas, donde hemos tenido reminescencias de los años 60s, 70s, 80s y 90s. Éste ‘género‘ está siendo rescatado de décadas pasadas.
La ropa ‘genderless‘ tiene vestigios después de la Segunda Guerra Mundial. Tras haber existido un cambio en el rol femenino (recordemos que durante la guerra las mujeres tuvieron que hacer el trabajo de los hombres en las fábricas para poder proveer al ejército o mantener a las familias) éstas regresaron al rol de amas de casa por los años cincuenta. Se pretendió incentivar a los niños a ser más empáticos y evitar que crecieran con el estricto orden de ‘hombre y mujer’; la industria comenzó a sacar juguetes genderless, había comerciales de niños con cabello largo jugando con muñecas y niñas en pants jugando con carritos. Sin embargo, esto obtuvo el efecto contrario al deseado. Los niños y adolescentes de esa época, los Baby Boomers y la Generación X, sufrieron grandes daños psicológicos (sí, aunque suene exagerado) por el miedo que les causaba el ser confundidos como alguien del género contrario. Indirectamente, la mayoría de ellos crecieron con el temor de que se les robara su masculinidad y feminidad.
Sin embargo, una gran parte de la población aún buscaba una equidad. El movimiento genderless de los 60s se caracterizó más por las mujeres buscando igualdad que por los hombres queriendo lucir más femeninos, para ellos, aún si se trataba de homosexuales, era riesgoso en la sociedad mostrar sus intereses y correr el riesgo de, por ejemplo, perder su trabajo. El primer intento de ropa femenina genderless (que en realidad no se considera como tal, pues son piezas que si bien inspiradas en la moda masculina siguen siendo femeninas, definitivamente) fue con le tuxedo de Yves Saint Laurent. La mujer utilizando pantalones y un traje sastre fue una bofetada a los roles en los que estaba encasillada. Pero el movimiento sólo duraría un par de años más.
Con la llegada de Diane Von Fustenberg y su encantador diseño del wrap dress (el vestido sobrecruzado sobre la rodilla de escote ‘V’), la ropa unisex (como también se le conoció al momento) quedó de lado. Se volvió a retomar en los noventa, influenciado fuertemente por el grunge y grupos como Nirvana: Fans vestidas de pantalones holgados, playeras estampadas y militar boots se hicieron virales. Nuevamente, el movimiento incitaba a una igualdad de género… de mujer a hombre.
¿Qué pasa en la actualidad?
Aunque puede considerarse aún un movimiento rebelde, su impacto no ha sido tan ‘agresivo‘ como en ocasiones anteriores. Es de destacar que en estos momentos, aunque aún se gira entorno a la mujer (y que ésta sea la principal consumidora de marcas por el estilo), la moda revoluciona en el área masculina para incentivar a los hombres a comprar artículos ‘más femeninos’ que, en otras épocas, podrían ser considerados tabú: tal y como el uso de faldas o jerseys rosas. Es común ver campañas donde los chicos van maquillados y llevan una apariencia más liviana y no encasillada al pantalón y camisa.
Este cambio ha surgido principalmente en las culturas asiáticas. Tenemos en Japón lo que se conoce como jenderuresu-kei (estilo genderless), chicos que pueden ser vistos normalmente en Harajuku (el distrito de la moda por excelencia de Tokyo) comprando maquillaje y vistiendo colores pasteles, parches kawaii (lindos/tiernos), con el cabello teñido y labial. Inspirado en el visual-kei de los años ochenta (un estilo de las bandas de rock y metal), es considerado un forma de vida en el que se busca no contar con género. Esto ha desencadenado situaciones tales como los ‘hombres hervívoros‘, los cuales se suman a este movimiento y, por lo general, buscan una pareja para pasar un rato agradable ya sea platicando o conviviendo y no precisamente para relaciones sexuales, es decir, un acercamiento emocional y no físico. Podríamos, quizás, hacerlos el equivalente con los ‘hipster‘ de aquí, de quienes por mucho tiempo se habló.
Corea del Sur es sin duda otro país que ha destacado por su estilo genderless. Y es, por mucho, más destacable, ya que el boom del K-pop que surgió años atrás, dio a conocer al mundo a varias boys band de las que a veces muchos se mostraban hombres maquillados y prendas unisex. El estilo causó un gran furor y en su efecto inmediato en latinoamérica, sucedió que las chicas quisieran pasar por ese look andrógino, falta sólo mirar unas cuantas cuentas de Instagram para darnos cuenta de lo amplio que se extendió el K-pop y su moda.
Pero no podemos dejar excluidos a América o Europa. Marcas como Gucci o Marc Jacobs han combinado sus desfiles para desaparecer la línea de colección hombre/colección mujer y vender las piezas por igual. Las multinacionales fastfashion no se quedan atrás, como ya mencionábamos, H&M ya ha sacado su línea, al igual que ZARA.
Aunque los Drag Queens (o Drag Kings) no entran en esta categoría, podemos decir que el éxito de esta corriente tras programas como RuPaul’s Drag Race ha influenciado mucho en la aceptación del estilo personal. La generación millenial o Z, son aquellas que más han apoyado al movimiento y lo han portado, promoviendo la identidad sin género.
¿Tiene entonces futuro el Genderless?
Brian Trunzo, editor de menswear para WGSN, comenta que aunque por el momento el mercado es pequeño y selecto, puede ver en el futuro un gran crecimiento y tiendas de retail ofreciendo esta modalidad (recodemos que ya existe una tienda retail en Inglaterra que ha dejado de catalogar su moda infantil como niño/niña). Sin embargo, todo dependerá de cómo se maneje la transición y se exponga al cliente. El método fallará si les presentas el estilo como ‘moda de niñas prestada de los hombres‘ ó ‘ machos en faldas bonitas‘. La presentación debe ser modesta al principio, hay que hacer que el cliente digiera la información y acepte que comprar ropa más femenina no lo hace menos hombre o que comprar ropa más masculina no la hace menos mujer.
Uno de los principales problemas, aparte de la forma en la que se le presente al cliente, que Trunzo ve, es el fit de las prendas. La ropa genderless, en su mayoría, recae en lo oversized, estilo que no a todas las personas favorece, hablando por ejemplo de mujeres curvy (o plus size). No obstante asegura que con el gusto que la generación M & Z tienen por la comodidad, el problema puede desaparecer.
Así que sí, si consideras tu marca un buen candidato para el estilo genderless, atrevete a probar. Pero no olvides los consejos de Trunzo: has una transición relajada y no encasilles conceptos que puedan herir la susceptibilidad de tus clientes. Podrías quizás empezar a entremeter la misma prenda en ambos departamentos, ver cómo reacciona tu consumidor y hacer un seguimiento del mismo.
Concluimos entonces que este nuevo estilo no quedará como tendencia y se convertira en una nueva categoría con el paso del tiempo a la que habrá que prestar total atención, pues es de considerar como un nuevo competidor.
¿A ti qué se te ocurre para que una marca pueda ser genderless? ¿Cómo harías una marca de accesorios sin género?