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Comprar menos y elegir mejor, intercambiar o comprar de segunda mano son algunas alternativas del slow fashion.

Sabemos que la industria de la moda es una de las que más contamina en el mundo, si lo llevamos a números su producción textil emite anualmente 1,2 millones de toneladas de emisiones totales de gases de efecto invernadero, más que todos los vuelos internacionales y transportes marítimos combinados, según datos de la fundación Ellen Macarthur.

Además, es de conocimiento público que varias marcas o empresas de moda tienen historial de malas condiciones de trabajo, pago injusto, abuso de recursos naturales o contaminación química.

Conceptos

Si empiezas a introducirte en este mundo comenzarán a aparecer varios términos que quizás habías escuchado, pero que no conocías su significado por eso seleccioné algunos para entender mejor.

• Fast fashion: industria que confecciona ropa de bajo costo, de producción  rápida y masiva de acuerdo a las últimas tendencias, pero de mala calidad y en que no está diseñada para durar a largo plazo.

• Greenwashing: cuando una marca utiliza solo el marketing de la sostenibilidad para incrementar sus ventas y por moda, pero realmente no se hacen cargo de la problemática ni ofrecen un significado práctico para los consumidores.

• Upcycle: reutilizar materiales considerados residuos o desechos y transformarlos en algo de mejor calidad y valor ambiental.

Cómo ser un consumidor consciente

Primero, debemos tener claro que no es necesario ir de 0 a 100 de una sola vez, si no lo importante es comenzar hacer cambios graduales y que perduren en el tiempo. La mayor responsabilidad de hacer los cambios siempre la tiene la empresa, pero como consumidores podemos tener un gran impacto en las decisiones que toman. Hay muchas formas de comenzar a acercarse a la sustentabilidad, por eso te dejo algunos ejemplos.

• Valora las prendas que ya tienes

Muchas veces el consumismo nos ha incitado a seguir comprando pensando que “no tenemos nada que ponernos” y en la gran mayoría de casos no es necesario, es bueno revisar lo que ya tenemos y en otros casos reparar, arreglar o transformar algunas piezas. Hoy en día gracias a las redes sociales podemos aprender a transformar mucha ropa, por ejemplo: cambiar una camisa grande en un vestido, un jeans tiro corto en uno alto o una polera manga larga en una sin hombros.

Para mantener mejor la ropa y que dure por más tiempo es bueno leer las etiquetas, en ellas hay información relevante, a veces no nos damos cuenta que hay prendas que se deben lavar en seco o no utilizar secadora, respetando sus indicaciones podemos alargar su vida útil.

• Intercambia

¿No todo es dinero cierto? Una buena forma de revivir el trueque es intercambiar prendas que ya no quieras con amigos, familia o en redes sociales.
Otra tendencia que está renaciendo es rentar ropa, es una buena alternativa cuando hay eventos específicos y no quieres gastar en una prenda que quizás solo utilices una vez.

• Compra de segunda mano

Puedes darles una segunda oportunidad a las prendas, es económico y accesible. Recuerda elegir piezas que te puedan durar más tiempo para que no las vuelvas a desechar fácilmente. También es una buena forma de encontrar piezas vintage y otras para hacer tus propias creaciones.

• Compra menos, elige mejor

Sé cuidadosa a la hora de elegir piezas, prefiere diseños de calidad y atemporales, ya que te durarán por muchos años y no sentirás la necesidad de deshacerte de ellos. Conocer tu estilo personal te ayudará a elegir mejor y saber lo que realmente te gusta.

Para no caer en el consumismo antes de comprar pregúntate si realmente lo necesitas, si te durará, si ya tienes algo como eso, si va bien con las prendas que ya tienes o si realmente te gusta o si lo comprarías solo por ser tendencia.

• Infórmate sobre las marcas

Antes de comprar es bueno investigar sobre las marcas, una de las cosas que debes conocer es por ejemplo: quién hizo la ropa y si les pagan justamente, en qué parte del mundo fue confeccionado, si están preocupados de la contaminación de sus telas, si han tenido denuncias, si su enfoque es realmente sustentable De esa forma, podrás tomar mejor la decisión de si vale la pena invertir dinero con ellos.

• Prefiere local

Una buena alternativa es preferir marcas, diseñadores o creadores locales, es buena forma de ayudarlos a crecer y tener la seguridad que trabajan bien. También puedes mandar a hacer tus prendas sobre todo si buscas algo en específico, así podrías tener el diseño que desees y en la talla que necesites.

Cómo elegir prendas y telas

Cuando quieras invertir en una pieza, para seleccionarla mejor hay que fijarse en detalles como las terminaciones, los hilos y las uniones, que esté bien ejecutada, con buena armonía en el corte, la caída y la calidad de la tela. Por ejemplo: es mejor evitar prendas que al frotar fácilmente produzcan motas o pelotitas.

En cuanto a telas hay que evitar fibras sintéticas como el poliéster, nylon, acetato y acrílico, ya que son materiales hechos a base de petróleo y muy contaminantes, o el rayón o viscosa, fibra hecha de celulosa de pulpa de madera, pero que contribuye a la deforestación y sobreconsumo de recursos, también el algodón convencional, donde se utilizan pesticidas muy contaminantes y gran cantidad de agua para ser cultivado. También evitar toda fibra de origen animal, una industria muy contaminante y dura donde animales sufren.

Buenas alternativas son las fibras de origen vegetal como el algodón orgánico certificado, bambú, lino, cáñamo, tencel o lyocell (fibra sintética biodegradable extraída del eucalipto), yute, ortiga, entre otros.

Incluso hay compañías que utilizan materiales sostenibles e innovadores como poliéster biodegradable en base a la caña de azúcar, poliéster reciclado combinado con granos de café post consumo o Piñatex que es “cuero” vegetal hecho de fibra de piña.

Si hablamos de fibras sintéticas es buena alternativa utilizar poliéster 100% reciclado, donde se reutiliza el plástico y su producción utiliza la mitad de energía.

Sellos certificadores

Existen organizaciones internacionales que otorgan certificaciones a empresas y marcas que cumplan estándares medioambientales, sociales y éticos. Cada certificación significa algo distinto y muchas veces por su valor marcas más pequeñas no cuentan con ellas, eso también hay que considerarlo. Si no estás segura puedes visitar páginas oficiales o redes sociales de tus marcas favoritas para conocer más acerca de su filosofía y compromiso.

• B Corp: otorgan una certificación más general a empresas que cumplen con rigurosos estándares de desempeño social, ambiental, responsabilidad y transparencia.

• EU Ecolabel: etiqueta ecológica de la Unión Europea que promueve productos con impactos ambientales reducidos durante todo su ciclo de vida.

• Fair Trade: sello que garantiza que agricultores y trabajadores involucrados en la producción fueron compensados de manera justa.

• Global Organic Textile Standard (GOTS): aseguran la condición orgánica de los productos textiles, desde la obtención de la materia prima, a través de una producción responsable con el medio ambiente y social.

• STANDARD 100 by OEKO-TEX: etiqueta ecológica que asegura que los productos textiles analizados no contengan sustancias nocivas para la salud.

• Peta- approved Vegan: empresas que fabrican ropa y accesorios veganos, que no utilizan productos de origen animal.

Quizás puede ser abrumador incluso muy difícil implementar todo de una vez, pero no te preocupes, lo importante es aportar con lo que puedas, cada cambio cuenta y suma, no se trata de tener una vida sustentable perfecta, sino de hacer elecciones más consientes.

“No compres la chaqueta si realmente no la necesitas, compra solo lo necesario, cuídalo, arréglalo, revende lo que no usas y recicla lo que ya está muy gastado” The Next Black – A film about the Future of Clothing.

Por: Constanza Encina / @conien – Te Protejo